miércoles, 20 de marzo de 2013

Republica Dominicana los reyes del beisbol mundial


(AP, San francisco)  
Patrones en el Caribe y ahora del mundo. República Dominicana, con son de invicto, conquistó el martes por primera vez la corona del Clásico Mundial de Béisbol al vencer 3-0 a Puerto Rico en la final de la tercera edición del torneo.
Samuel Deduno y los relevistas dominicanos anestesiaron a los bates de Puerto Rico con una blanqueada de tres hits, en tanto que dobles remolcadores de Edwin Encarnación y Erick Aybar apuntalaron la ofensiva quisqueyana rumbo al octavo triunfo sin derrotas de la tropa dirigida por Tony Peña.
Japón atrapó los dos primeros títulos del Clásico, disputados en 2006 y 2009. Pero esos equipos nipones no hicieron lo que de este conjunto dominicano pudo: consagrarse con un récord inmaculado.
De la amargura dejada por la dolorosa eliminación en primera ronda hace cuatro años, Dominicana encaró este Clásico con absoluta entrega, pasión desbordante y un béisbol impecable en todos los sentidos.
Ganar el título era una misión de importancia monumental para los dominicanos y cumplieron. Fernando Rodney ponchó a Luis Figueroa, abanicando la brisa, para el último out y consiguió su séptimo rescate del certamen.
Inesperado finalista, Puerto Rico dispuso de varias oportunidades óembasó cinco veces al primer bateadoró pero no supo capitalizarlas con el hit oportuno. Se fueron de 11-0 con corredores en posiciones de anotar.
Fue el fin de un torneo en el que Puerto Rico superó todas las expectativas.
Señalado para no sobrevivir la primera ronda, los boricuas se convirtieron en el verdugo que eliminó a tres potencias: Venezuela, Estados Unidos y Japón.
Pero nunca pudieron contra el muro dominicano. Tres veces se enfrentaron con sus tradicionales rivales y perdieron en las tres, incluyendo reveses por 4-2 en la primera etapa y por 2-0 en la segunda.
La fiesta dominicana comenzó temprano en una noche lluviosa en el AT&T Park de San Francisco al fabricar dos carreras en la primera entrada ante Giancarlo Alvarado.
José Reyes abrió con un doblete el derecho y avanzó a la antesala con un toque de Aybar.
El manager boricua Edwin Rodríguez optó por un boleto intencional a Robinson Canó, obviamente temeroso de la impresionante producción del intermedista de los Yanquis (15 hits en 29 turnos para promedio de .517 al iniciar el juego). El tiro le salió por la culata cuando Encarnación limpió las bases con un doble entre el derecho y central.
Esa ventaja fue bien defendida por el derecho Deduno, que combinó magistralmente su recta con una venenosa curva.
Deduno cubrió cinco entradas con pelota de dos hits, tres boletos y cinco ponches. Siempre se creció. En la primera, luego que Pagán abrió con un sencillo, ponchó a Carlos Beltrán y Yadier Molina. En la quinta, Alex Ríos negoció un boleto y avanzó a segunda con un lanzamiento descontrolado. Acto seguido, Deduno retiró con elevados a Carlos Rivera y Andy González, el de éste último engarzado al vuelo por el jardinero central Alejandro de Aza al límite de la zona de advertencia. Jesús Feliciano recibió un pasaporte para apretar la amenaza, pero Pagán se ponchó.
Hiram Burgos relevó y contuvo a los dominicanos hasta el quinto cuando un fallo elemental del intermedista Irving Falú facilitó la tercera. Fildeó una roleta de Reyes, pero no supo sacar a De Aza cuando pasó frente a él y luego Aybar empalmó un doblete al derecho.

martes, 19 de marzo de 2013

Un plátano es el amuleto de Dominicana en el Clásico de Béisbol.


El equipo sigue invicto y Robinson Canó no para de acumular hits. Edinson Vólquez siempre sobrevive a un primer inning tambaleante. Los relevistas llevan 18 innings sin permitir carreras.
Son muchas cosas las que el equipo de República Dominicana está haciendo con brillantez en el Clásico Mundial de Béisbol, pero el tema de conversación el lunes fue el "poder del plátano mágico" de Fernando Rodney.
En la victoria 4-1 ante Holanda, que clasificó a Dominicana a la final contra Puerto Rico el martes, el cerrador quisqueyano fue el foco de atención al vérsele en la cueva del equipo cargando el plátano de la suerte en el pantalón, como si fuese una pistola.
Tras anotarse su sexto rescate en este Clásico, un récord absoluto en la historia del torneo, Rodney mostró el plátano en medio de la celebración dentro del terreno de juego.
Lo considera como un amuleto de buena suerte: "Ganamos con el plátano", dijo Rodney, autor también de la celebración de la flecha que apunta al cielo tras las victorias.
Son siete las que han cosechado al hilo los dominicanos en este Clásico y el martes tratarán de completar un recorrido invicto en esta edición cuando busquen vencer a Puerto Rico en la final.
Seguramente el "plátano mágico" estará presente.
"Le fue bien con eso", dijo el abridor Vólquez, quien se acreditó la victoria tras una segunda apertura seguida en la que comenzó descontrolado. "Mejor que siga. ¿Por qué no?".
El manager dominicano Tony Peña ni se inmuta con el ingenio de sus dirigidos.
"En el béisbol hay que divertirse, estar relajado, y los muchachos buscan hacer cositas para motivarse", dijo Peña. "Me sorprendió cuando lo vi con ese plátano en el costado, lo sacó y me eché a reír. En el medio de un juego, todos estaban muertos de risa. Eso ayuda al equipo, se necesita un poco de diversión, estar suelto. Estoy feliz que lo haya hecho".
En un aspecto más serio, los dominicanos saben que están a una victoria del título y no van a bajar la guardia frente a Puerto Rico, el inesperado rival de la final del martes. Ya ganaron dos veces en este torneo, por 4-2 en la primera ronda en San Juan y por 2-0 en la segunda etapa en Miami. La peculiaridad de ambos duelos fue que definieron orden de posiciones en sus grupos, sin un premio grande de por medio o la eliminación en juego.
"Hay que estar positivo, hay que ganar ese partido", declaró Samuel Deduno, el encargado de abrir por Dominicana ante el boricua Giancarlo Alvarado. "Es un reto grande y a mí me gustan esos retos".
Saben que son los favoritos, con una ofensiva encabezada por Canó (con 15 hits en 29 turnos para promedio de .517). Su relevista lleva 18 innings y dos tercios sin tolerar anotaciones.
"Estamos optimistas, pero sabemos que los juegos hay que jugarlos", sentenció Peña.

jueves, 14 de marzo de 2013

Joe Torre cree el juego contra Dominicana es un "Juego duro"




 (AFP Miami)  Estados Unidos y República Dominicana saldrán hoy jueves al Marlins Park de Miami en un partido que puede ser definitorio en cuanto a avanzar a las semifinales del III Clásico Mundial de Béisbol.
En esta segunda etapa del torneo en el Grupo 2, el primero que encaje dos derrotas seguidas se va, por lo que uno de los otros dos miembros de esa llave, Puerto Rico e Italia, podrían despedirse tras su encuentro.
Italia y Puerto Rico sufrieron la víspera sendos reveses ante Dominicana (5x4) y Estados Unidos (7x1), por lo que el choque entre ‘bambinos’ y boricuas podría despedir a uno de ellos.
Los hijos del ‘Tío Sam’ contaron con un efectivo pitcheo del cubano-americano Gío González (1-0) y soberbia ofensiva de David Wright -de 5-2 con 5 impulsadas, para arrollar a una potente Puerto Rico.
Gío (1-0) trabajó magistralmente durante cinco episodios en blanco, en los que espació solamente tres hits y cinco ponches, mientras que Wright se fue de 5-2 con cinco impulsadas.
El piloto de Estados Unidos, el experimentado Joe Torre, quien llevó a los Yankees a cuatro títulos de Serie Mundial, señaló que “me siento muy bien con el equipo. Ellos están muy confiados. Si siguen así no hay dudas de que llegaremos a San Francisco”.
Empero, el piloto aclaró que todavía queda el encentro del jueves frente a República Dominicana.
Elogios
Torre aclaró que “sin duda, el partido frente a Dominicana será duro, tienen muchos jugadores también de Grandes Ligas y están jugando muy bién”.
Estados Unidos debutó en este fuerte torneo con una derrota ante México (5x3), pero a partir de ahí, y como se esperaba de su potencial, ha ido mejorando a medida que avanza el evento, ya que clasificó después con triunfos fáciles sobre Italia (6x2) y Canadá (9x4).
En tanto, Dominicana paseó literalmente la primera ronda al terminar invicta luego de vencer a la también superpotente Venezuela (9x3), España (6x3) y Puerto Rico (4x2).